Economía Colaborativa – Todo lo que has de saber

Las nuevas tecnologías e internet han hecho que se hayan impulsado diferentes modelos de consumo alternativo al tradicional. Uno de los puntos que mayor crecimiento ha experimentado es la denominada economía colaborativa.

Esta se basa principalmente en comprar, vender, prestar o alquilar productos según las necesidades en específico que se puedan tener y no tanto pensando en el beneficio económico. De hecho, en el caso de la economía colaborativa es un sistema en el que el dinero puede no ser el único valor de cambio empleado a la hora de llevar a cabo las transacciones.

En la gran mayoría de las ocasiones se hace uso de servicios o bienes que no están siendo utilizados por completo y que a través de este tipo de economía una persona puede beneficiarse de ello. Al mismo tiempo, la persona que posee el mismo obtiene una ganancia por ello.

En este sentido los servicios son considerados bienes de intercambio, de manera  que, por ejemplo, una persona puede intercambiar un alojamiento en su hogar a cambio de que esa persona, por ejemplo, le dé unas clases de un idioma.

Como se puede deducir a partir de su propio nombre, se trata de un modelo que se encuentra centrado en ayudarse mutuamente, es decir, en la colaboración. En la actualidad se trata de una economía presente en la gran mayoría de sectores.

Tipos de economía colaborativa

La economía colaborativa tiene un concepto que es más profundo del que se pueda pensar en un principios, existiendo diferentes opciones en función del tipo de relación que se lleve a cabo. De esta manera, podemos distinguir los siguientes tipos:

Consumo colaborativo

El consumo colaborativo se basa en el uso de plataformas a través de internet en las cuales los propios usuarios pueden contactar entre ellos para llevar a cabo el intercambio de algún tipo de bien o producto. En la gran mayoría de los casos se realiza de manera altruista y de manera totalmente gratuita.

Conocimiento abierto

Dentro de lo denominado conocimiento abierto nos podemos encontrar con todos aquellos casos en los que se promueve la difusión del conocimiento. Para ello no hay ningún tipo de freno a nivel administrativo ni legal.

Este tipo de economía colaborativa puede ser llevada a cabo de manera física o bien a través de plataformas informáticas, a las que acuden personas con unas necesidades determinadas.

Producción colaborativa

En este tipo de plataformas se aboga por promover servicios o proyectos de cualquier tipo. La diferencia con las dos opciones anteriores es que en este caso, lo que se ofrece también se produce de forma conjunta.

Finanzas colaborativas

Cuando hablamos de finanzas colaborativas lo hacemos de donaciones, ahorros, préstamos, microcréditos u otras vías de financiación. Desde hace años se han popularizado en gran medida este tipo de plataformas, siendo un claro ejemplo de ello el crowfunding. Este último es un modelo de financiación mediante el micromecenazgo para aportar capital a diferentes iniciativas y proyectos.

Ventajas de la economía colaborativa

La gran popularidad adquirida por la economía colaborativa en los últimos años viene dada por sus diferentes ventajas, entre las cuales cabe destacar las siguientes:

  • Ahorro. La mayoría de los servicios o productos ofrecidos a través de este método tienen un precio notablemente inferior al precio de mercado, lo que permite ahorrar. De hecho, en algunos casos, el precio es incluso simbólico.
  • Optimización de recursos. Uno de los principios de la economía colaborativa es el poder compartir y optimizar los recursos, haciendo que se pueda dar salida a bienes que no se están utilizando o no se están aprovechando al máximo. Un claro ejemplo es el transporte colaborativo a la hora de compartir coche para desplazarse a algún lugar.
  • Desarrollo sostenible. Este tipo de economía fomenta un segundo uso de los productos, de manera que lo que una persona ya no necesita puede encontrar otro destinatario que sí haga uso de ese bien.
  • Creación de un nuevo ecosistema. Gracias a la economía colaborativa se puede generar un nuevo ecosistema que se encuentre basado en la solidaridad, el compromiso y la generación de idea. Esto hace que se fomenten los nuevos emprendedores y negocios, lo que al mismo tiempo genera empleo, innovación y riqueza.
  • Mayor oferta. Al tener los productos o bienes un segundo uso, o poder hacer uso de servicios compartidos, el consumidor final cuenta con una mayor oferta frente al comercio tradicional.
  • Beneficio medioambiental. El uso de servicios compartidos o reutilizar productos es una manera de contribuir al cuidado del medio ambiente y fomentar la sostenibilidad de este.

Inconvenientes de la economía colaborativa

Sin embargo, este tipo de economía también tiene una serie de inconvenientes a tener en cuenta, como son:

  • Desprotección del consumidor. En este tipo de economía el consumidor final no cuenta con garantías acerca de la calidad del producto adquirido. Tampoco puede saber si la persona con la que se está estableciendo el contacto es de confianza. A cambio de un precio más bajo e incluso nulo es necesario afrontar este riesgo.
  • Competencia desleal y falta de regulación legislativa. Se trata de un sector en el que no existe regulación, lo que provoca protestas y quejas por parte de los sectores que se encuentran afectados por él. De hecho, en muchos casos se habla de competencia desleal al poder ofrecer servicios similares pero con condiciones más beneficiosas para el usuario. Un claro ejemplo son los taxis y los servicios de transporte colaborativo.

Ejemplos y sectores de economía colaborativa

En la actualidad la economía colaborativa está muy presente, siendo algunos ejemplos de ello los siguientes:

  • Financiación colaborativa. Se puede apreciar claramente a través del crowfunding, que permite financiar proyectos de emprendedores a partir de las aportaciones de diferentes personas; o el llamado crowdlending, que se trata de préstamos entre particulares. También puede hacerse referencia al intercambio de divisas entre empresas.
  • Alojamiento colaborativo. Muchas personas son las que deciden compartir su hogar o una habitación del mismo que no está en uso a turistas a cambio de una compensación económica, como ocurre por ejemplo en AirBnB.
  • Transporte colaborativo. En el sector del transporte la economía colaborativa está muy presente. Uber o BlaBlaCar son dos claros ejemplos de este servicio que se puede utilizar para compartir viajes en coche.
  • Conocimiento colaborativo. Se basa en compartir conocimientos de manera altruista, es decir, sin buscar nada a cambio. Un ejemplo de ello es Wikipedia.
  • Comercio colaborativo. Aquí se encuentran las plataformas de compraventa de segunda mano, algunas tan tradicionales como Ebay y otras relativamente recientes como Chicfy o Wallapop. En ellas los particulares ponen en venta o intercambian productos, generalmente de segunda mano.
  • Espacios colaborativos. En este caso se trata de compartir diferentes espacios como un maletero, trastero o espacio de trabajo. En los últimos años se ha fomentado el coworking, que son espacios de trabajo compartidos por profesionales de diferentes ámbitos en un mismo lugar, ahorrando costes.
  • Otros. Además, existen otras muchas opciones de economía colaborativa, como es el caso de plataformas creadas para compartir comida o para recibir las compras en el hogar a través de un shopper.
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